A mi amado de ojos negros,
sin duda el ser humano más valioso entre tantos funámbulos,
va llevando sueños melódicos y armas de paz en sus manos.
Mi amado, acompañado de fantasmas de triunfos, de antaño.
Coge fuerzas para pisar tierras extrañas,
tierra que se desconoce por la injusticia en sus apoderados.
El guerrero de mi narcosis, el ángel de mi existencia,
al que amo tanto por no perder su carácter
ante el teatro asesino de esta época.
A mi amado que admiro por su obsesión al desierto,
al enemigo de la mediocridad, al que respeto por su transparencia
y por su don de ser como es.
Al furtivo, al guerrillero pacifico, al humanista,
a mi viejo artista.
muy buen poema ... sigue asii
ResponderEliminarGracias pana..! :)
ResponderEliminarHermoso
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