Se apiadó de mi la sonrisa irónica,
mientras veía pasar los buses a lo lejos
y la gente apresurada.
Se apiadó,
y posó sobre mis ojos el cielo gris
y luego se dibujó una especie de mueca.
Vi llegar al chico por la suya:
Tal vez tormento,
tal vez caricia,
tal vez solo un día,
la tomó de su mano
y se la llevó.
Cinco segundos al vacío.
Ya no hay nada.
El joven del móvil,
el viejo del brazo guindado,
la señora de la derecha cortando papeles,
mi figura inmóvil.
Pensativa,
divagando.
Solo divagando
y luego imaginando.
Finalizo recreando:
Tantos cerebros,
tantos cuerpos,
pocas almas,
nadie
y los vacíos.
Justo allí,
se apiadó de mi la sonrisa irónica.
se apiado aquel día que la vio sonriendo
ResponderEliminartal vez seria aquel perfume o aquel cabello rojizo que lo hizo pensar que todo podía ser
en silencio y suspirando detuvo la mira hacia ella fijamente
aquel día el pensó el amor existirá sera verdad sin pensar le hablo con una voz suave tan suave como la nieve
ella lo miro , callo y en el momento vio aquella mueca en sus labio diciendo todo sin decir nada
y supo que puede haber un mundo donde todo es posible