lunes, 27 de marzo de 2017

Noche VII


Dije que te seguiría hasta el mismo infierno sosteniendo tu mano, con mis ojos intactos pero me has cerrado la puerta.
 9 de Mayo 

Ya nada: cargaba el nombre de un fugitivo como yaga que no sana, cargaba la fatal sensación que adormecía mi carne y como a placer no me resignaba. 

El panorama estaba lleno de incertidumbre: entendía y no entendía (a veces sentía que me encontraba halando una soga que estaba algo rota pero no se desprendía del todo... y que yo, aún sabiendo que en cualquier momento se rompería y me quedaría sin nada, me esforzaba más en no soltarla). 

El caos a media noche abría grietas en mi suelo y la fuente quebrada llenaba los espacios. Algo sabía: que había puesto en marcha su viaje en búsqueda de su lugar y que mi lugar era el suyo, pero también, algo quería saber: ¿cuándo lo encontraría? y mientras tanto ¿que ocurriría conmigo?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario