Como la burbuja
se desvanece en el aire,
te perdiste entre mis huesos.
Te pienso,
te encuentro.
Ya no te amo,
te quiero porque el querer son verbos,
quiero tu ausencia para pensarte,
pensarte para escribirte,
y escribirte para cantarte.
Me cuesta ahora mismo respirarte
y observarte a través de mi,
encontrar una pizca de calma,
bella inspiración
para mi alma.
Me parto entre tu recuerdo
y el leve humo que ya no veo.
Solo una vez te tuve dentro
recorriendo cada esquina de mi cuerpo,
solo una vez descubrimos juntos
el manantial del tiempo
y lo tuvimos de esclavo.
Aun llevo en mi el sabor de tus labios,
al oído,
tus risas atormentadas en llanto
y al corazón,
el laberinto del olvido.
El otoño quemando mi garganta fuiste tú,
la perfección mas imperfecta
del nivel de mi oscuridad
regalándome luces efímeras.
Tocando el cielo guardamos
el mejor de los secretos y nos
fundimos en aliento
hasta terminar en el mejor de los sueños.
Me queda para siempre el olor
de tu esencia milenaria,
me queda para siempre tu lengua
sobre mi cuerpo que se hizo mar,
me queda para siempre
la espera a tu voz
y los instantes para evocarte
hasta que regreses a mi
y me des mas de tu risa,
del tiempo esclavo
y del sabor de tus labios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario