martes, 29 de noviembre de 2016

DEEP TIMES

Sometimes I see my eyes in the mirror, and I notice them brights and sleepy, like worn out by the seas of last night. (You know it, when we cry.) I see my eyes and I find petrified scenes like old photographies. Yes, that look that made me fly over life and death. That kisses that drew my smile. That hot chest where my head rested and where I listened the most exotic heartbeats that I´ve know in my life. I see my eyes in the mirror and I find the shadows of your tottering footsteps, while , with my head high, I spend the days inventing the way to breathe without detect your scent, look around without finding myself with your lost eyes, walk and not stumble with your steps, to suffer less and not stop loving. 

Sometimes I see my eyes in the mirror, and I remember  the night I lost my fucking head and I lost you. I go around in the same place and just listen that voice in my head: "weren´t you, were your demons" and I can´t hold up the idea of not doing something, and I go crazy. In the mirror I see that figure running away and I fell that sensation again. Yes, the heat of your hands, the last kiss, that look... far away. 

Sometimes I don´t believe in myself cause lack me you, and I cry silently for the shame, remembering so many nights shouting out your name in my bed. (alarming to my parents). Sometimes I need more hugs than usual, specially your hugs. Sometimes I get lost again, in myself deep down. ¡Dammit! and it´s hard for me find a trace of me in your memory.

I´m freezing to find out that I still fell you and I only see a chained box at the botton of the sea. Sometimes I see my eyes in the mirror and I hate myself. I don´t think that I´m strong and admirable as you told me so many times, because time makes fun of me and show me stained pictures. 

Sometimes I fell worse than today: dressed with old rags and lost in myself. No, don´t think I´m still with the same, but you know that I can´t hide things like this and sometimes I have pain to spare to miss you; hate, to love you more; verses to forget you. 



    

miércoles, 16 de noviembre de 2016

iD´

Recuerdo que la primera vez que vino hacia mi, tenia el cuerpo tenso y su rostro desesperaba, como si se sintiera culpable por cada minuto que se fue de más. Pensé: Si, sabe lo que quiere pero no sabe por qué lo quiere. Se acercó y me saludo de tal manera que todo parecía natural (como si su cuerpo y el mio se hubieran juntado antes) Si, como la sonrisa que forman sus pequeños labios. No es tan triste como yo, o tal vez aún no conozco su tristeza y eso hace más interesante su existencia. 

Allí se sentó y prosiguió en sus pensamientos, mientras yo buscaba la forma de escaparme de los miedos y de no tropezar con las palabras. Al rato sentí su mirada fija sobre mí y empecé a asustarme. Si, yo. Y es que fue su mirada penetrante la que me desbarató. Tendría que hablar mucho más sobre esa mirada particular pero las letras tiemblan. 

La conversación fue ligera pero profunda. Lo digo por el aroma del ambiente que enjugaba nuestra estancia. Por momentos callábamos... y yo pensaba en qué preguntarle, en qué contarle. Luego comprendí aquellos vagos silencios: lo hacia para mirarme y yo para mostrarme ante esos ojos brillosos de nostalgia perdida, y fácilmente me deje atrapar en su inocencia y fácilmente me empezó a amar. 

No puedo escaparme de esa mirada, lo intento pero su fuego es tan directo que me hace cenizas el alma, y me vuelve a dibujar la silueta cuando dice: ¿Qué pasa? y sonríe. Y yo solo recordaba lo que le dije cuando me presenté:

...y así sucede de repente: que la vida se encarga de presentarte seres inimaginables con solo un suspiro de magia, y se convierte en una nueva historia.

 y suspiraba.


lunes, 14 de noviembre de 2016

La niña.

En el fondo de los miedos, donde los ángeles tienen prohibida la entrada, existe una cueva tan oscura como la noche, en la cual habita una niña con pies descalzos y manos frías. Lino blanco cubre su frágil y pardo cuerpecito , y su rostro unos cuantos rizos. Cuando llegaba la media noche se posaba sobre una roca y con voz atormentada cantaba: las niñas buenas no lloran, es eso lo que la cobardía añora... y se echaba al suelo a contemplar la luna que en sus arullos la hacia dormir. Cuando despertaba encontraba siempre una rosa en su pelo y espinas en sus manos. Inocente creía que los duendecillos eran quienes hacían travesuras mientras descansaba, pero no era así. La niña de voz atormentada no dormía por las noches , la luna la llevaba a su jardín, allí donde crecen rosas con olores que te sientes morir. Su cabeza, de donde provenía la magia que la hacia cuerda en su propia locura, de donde despertaban los únicos demonios que le traían dulzura, los mismos que cada media noche le hacían repetir: las niñas buenas no lloran, eso es lo que la cobardía añora, y en aquella roca la echaban a dormir.

Señora luna, buenas noches,
hoy iré nuevamente a mi jardín, 
si quiere usted le traigo flores, 
esas con aroma a las hadas de la muerte sutil.

Noche XLI

Yo sé que llegará,
amor,
el día en que pronuncie tu nombre
con una sonrisa,
en el que te piense
sin que se me parta el pecho...
y no serás tu un pasado
ni yo un futuro viejo,
será solo el presente intacto
en el que te recuerde,
mientras tanto...
veneno que no matas,
te estoy disfrutando
como solo se disfruta de la brisa
que danzó en el fuego
y no se ha quejado por quemarse.

Imagen sacada de la web.