Fueron muchas veces
las despedidas
que ya perdí la cuenta.
¡Que locos!
Nos decíamos adiós
para inventarnos cada reencuentro,
nos decíamos adiós
por la pura manía de extrañarnos,
y lo mas loco es que sigues
despidiéndote aun cuando
ya no quedan excusas
para extrañarte
porque simplemente
te extraño sin más.
Nos decíamos adiós
para inventarnos cada reencuentro,
nos decíamos adiós
por la pura manía de extrañarnos,
y lo mas loco es que sigues
despidiéndote aun cuando
ya no quedan excusas
para extrañarte
porque simplemente
te extraño sin más.
Todavía conservo
el último adiós que recibí
de ti que decía lo de siempre,
que ahora eres
tu quien te vas...
y regresas sin avisar,
nuevamente a tocar la herida
y regresas sin avisar,
nuevamente a tocar la herida
que me dejó el último adiós,
a tocar mis pupilas
con tus palabras
para provocarme llantos de confusión.
Y es que ya me he dicho que
para que ando sufriendo por ahí
si sé que no te irás,
que aunque te despidas mil veces
y te demores mucho
regresarás a romper los candados
de aquella vieja caja que cerré
y conservo en lo mas
profundo de mi sótano,
que romperás las puertas
y conservo en lo mas
profundo de mi sótano,
que romperás las puertas
de los patios de mi cabeza
y así te despedirás,
otra vez.
y así te despedirás,
otra vez.
¡Que locos!
Y eso que me gustaban
tanto nuestras despedidas,
me gustaban tanto
los reencuentros y que ahora
me gusta esa sensación
de saberte cerca
por mas adioses
que nos echemos.
Imagen tomada de la web. |
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