Desciende sobre mi cuerpo para quedarse en mi pecho...
esa sustancia a la que todos tememos,
ese peso del que todos huimos.
Toc toc...
Su mirada es luz
y sus pies vienen lento para pensar un poco mas como destruirme.
Sálvame...
Tic tac...
¿Cómo pueden doler los segundos si no son tan importantes?
Ahora veo relojes que me cantan
el tiempo que no existe
dentro de esta carne,
ahora siento sus uñas en mi espalda.
Sálvame...
¿No me escuchas?
Creía que la costumbre me haría resistir ante sus llegadas repentinas,
hoy solo siento que me consumo
y que tu no haces nada.
Sálvame...
Silencio.
Me sacó los suspiros
y las tres lágrimas... se va.
Y tú...
Donde estás?
No hay comentarios:
Publicar un comentario