sábado, 31 de octubre de 2015

Mi Amada.

23 de Abril. 

Volví a ver a mi Amada. La vi.
En la sonrisa de una viejesita que llegó hacia mí, 
para recordarme que ella sigue aquí, conmigo. 
Que me acompaña.
La viejesita trajo a mi la mirada brillante de mi Amada,
la viejesita trajo a mi, el olor de ella a quien le debo tanto. 
La viejesita tomó mis manos y sin dudarlo supe que era ella.
Mi Amada. 
No hay que esconderlo, la extraño.
Extraño ese amor escondido entre nosotras,
extraño sus nostalgias y sus risas. 
Extraño su fé y su esperanza.
Ella sabe que la extraño tanto. 
No voló hacia el viento sin despedirse de mi. 
Sentí sus pasos. 
Y hoy, nuevamente, la ví. 
Mi Amada viaja de vez en cuando y me visita,
en el aire, en los pajarillos, en mi madre.
Y como hoy, en la viejesita. 
La rosas no se las hecho al polvo,  
pero los versos se los doy a ella, 
a ella que sin cansancio, siempre le diré, 
Mi Amada. 

1 comentario: