domingo, 21 de febrero de 2016

Llegas tú.

Estaba buscando algo diferente,
algo que no fuera tan fácil de contener en mi memoria,
algo que me arrebate los fantasmas de mi cabeza loca.

Estaba tratando de no perderme más...

Y llegas tú con cátedras de vida,
con soyos que solo tú sabes que significan,
llegas a endulzarme las heridas,
a lamerlas y hacerlas tuyas para que no me vaya,
a darme noches felices con sueños tranquilos
y un buen día cada mañana.

Llegas tú a besarme cicatrices en la espalda
que cuentan historias que quieres escuchar,
a derramar tu presencia sobre mis suelos
para construirme ciudades de seda donde deseas habitar.

Estaba buscando la libertad.

Estaba buscándome...
y llegas tú.

Imagen tomada de la web.
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jueves, 18 de febrero de 2016

Atada a tí.

...y aquí me tienes como niña atada a sus sueños,
como el viento aferrado a esquinas,
observándote en el segundo que cuenta una historia
y se desbarata para pintar miles sobre un lienzo,
recogiendo flores para adornar tus cabellos.

Lo sé... solo una loca haría eso
y solo tú me dejarías hacerlo,
coquetearle a tu tristeza para que sea mía y ya no tuya,
arrancarme el corazón
y dártelo para que sonrías
porque para tí no tengo culpas,
porque por tí mis miedos ya se han ido,
porque ahora los retos son de nuestros demonios
que entre guerras nos ganarán
y nos llevarán a ser felices como en una pintura
sensiblemente desnuda.

Lo ves? me tienes aquí escribiéndote los hoy verdaderos
que endulzan cada mañana de nuestra existencia,
me tienes ahogándome en este sentimiento
que ya no puedo controlar,
como la niña atada a sus sueños me tienes atada a tí...
tu eres el sueño en el que siempre quiero vivir,
en el que quiero despertar,
en el que cada madrugada pueda descubrir
un poco mas de lo que hay.


Imagen tomada de la web. 

sábado, 6 de febrero de 2016

Quiero soñar, no convencerme.

No me convenció nadie,
ni siquiera el estar loca cuando escribo 
o el estar cuerda cuando miro superficies 
en la orilla de tu verde pantano.
No me convenció el ardor de mis manos 
cuando cogía el lapicero ni las salidas de burbujas por la flor del deseo de tus ojos. 

Sentada cortejando el vacío 
ni siquiera me convenció su nada que se escapaba cuando decía: 
vete, muchacha enamorada... 
el cielo que permanece azul mientras
la lluvia duerme,
el viento haciendo el amor a los árboles de ciudades grises donde espectros con pies cansados y alas rotas se pasean con una lamparita opaca en sus frentes, 
no me convencieron. 

Letras necias que forman escapes 
por túneles del recuerdo evitando que 
se muera en el intento de que ya no me convenza nadie, 
el vacilar alucinando de que ya no hay tiempo 
y la rebeldía gritándome en silencio que aun no es hora para eso porque no es lo mismo que sueñes en una realidad 
a que vivas en un sueño... 
 
y yo quiero soñar, no convencerme.