domingo, 26 de junio de 2016

Carta de la suposición.

La pregunta vaga...

¿Por qué no me dijiste que te ibas? Tal vez así me dabas tiempo para crearte un abrazo último, para decirte los te quiero que hacían que no te vayas y suponer que es una mas de las tantas despedidas que nos hacíamos de juego. ¿Por qué no me dijiste la razón de tu partida? Hubiese creado diccionarios enteros para hacerte saber que no es verdad, que yo te quise  y que te quiero, y que aún espero una bofetada y alguna explicación. ¿Por qué vacilaste? ¿Por qué no me dijiste? Hubiese dejado todo en aquel instante, hubiese apresurado mis planes contigo, conmigo, con todo. ¿Por qué te fuiste sin decir nada? Callada, como la mayoría de las veces, con la diferencia que ahora no vi tu cara bonita dar la vuelta. Dime, ¿acaso te importé poco? Me conocías hasta el último rincón del alma... ¿Qué te sucedió? Te busqué hasta en el vacío intentando tropezar con tus huellas. Recorrí los lugares que frecuentamos una y otra vez. Pregunté hasta a las sombras de tu existencia y no encontré respuesta. Sigo sin entender. Tus pasos, tu mirada, tu sonrisa sigilosa, tu piel desnuda, tus versos, todo lo que una vez fue mío. Mierda, ¿Por qué? ¿Cuántas veces mas tendría que preguntar, ¿Cuántas? Hasta lograr que me digas... por qué no me dijiste que te ibas. 
imagen tomada de la web.

No hay comentarios:

Publicar un comentario